48 HORAS
"Después de 48 horas, solo un chico seguirá vivo"
Capitulo IX
Frente a la Dance Revolution, Sehun entrecerró los ojos, sonriendo, y se giró hacia Luhan.
—No me dejes ganar —dijo.
Sin dejar de mirar al frente, Luhan dijo:
—Esa podría ser la excusa perfecta. Si ganas, más te vale decir después que me fue porque me dejé ganar, no que no fui lo suficientemente bueno.
—Estás enfrentándote a la muerte, podrías dejarte de bromas —Sehun frunció el ceño.
—¿Y quién ha dicho que voy a morir? —Luhan estaba estirando los músculos—. Aunque tenga unos pocos años más que tú, eso no quiere decir que no sea igual de ágil.
—Eres el sunbae más sinvergüenza que he conocido en mi vida —dijo Sehun negando con la cabeza.
—Y tú eres el maknae más arrogante que he visto —comentó Luhan con una sonrisa.
—¿Empezamos? —Luhan se giró hacia Sehun—. Más te vale dar lo mejor de ti mismo, no ha habido ni una sola vez en que me hayas ganado en un juego.
—Y que lo digas… —Sehun evitó mirarlo a los ojos—. ¿Por qué te enviarían tus padres a Corea? Conocerte ha sido lo más desafortunado que me ha pasado en la vida.
—Mis padres no me enviaron a Corea —dijo Luhan con una risita—. Ellos no querían que fuera, fui yo porque quise.
—Ya, seguro que fue por eso… —Sehun agachó la cabeza, y cortó la frase a mitad. Luhan agachó la cabeza también.
Tras unos segundos de silencio, Luhan sonrió y le dijo a Sehun:
—Cuando consigas el agua, no te olvides de prepararme un bubble tea.
—No tenemos leche… —Sehun fijó la vista al frente— y tampoco tenemos té.
—Entonces… —Luhan mantuvo la cabeza gacha—, hazlo cuando salgas de aquí –sonrió mientras se quitaba el anillo que llevaba en su dedo corazón—. Este anillo tiene 3 partes que giran, es un puzzle, juega con él.
Sehun cogió el anillo, y dijo:
—No lo has resuelto…
—No soy un experto en resolver puzzles —se rió Luhan—. Tendrás que resolverlo tú.
Sehun asintió y se puso el anillo en el dedo corazón.
En qué punto de tu vida empieza la cuenta atrás… nunca puedes saberlo.
Era obvio que ninguno de los dos tenía ni idea de cómo se jugaba arrodillado. Aunque utilizaban las manos desesperadamente para intentar cubrir donde sus rodillas no llegaban, el ritmo que llevaban seguía siendo caótico; no habían llegado a la mitad del juego cuando el indicador del nivel de errores seguía acumulando puntos hasta que la pantalla de Sehun se puso roja, e inmediatamente después, la luz roja empezó a brillar también en la pantalla de Luhan.
—Luhan ya no puede seguir —Lay se sentó en el suelo y negó con la cabeza—. Lo está haciendo todo mal.
Kai, que estaba de pie en el lado contrario le gritó a Sehun:
—¡Mantén la calma! ¡Intenta tranquilizarte y dejarás de cometer errores!
Parecía que todos estaban ayudando a quien no debían.
La barra de los errores subía y subía, los dos chicos seguían arrodillados, jadeando de forma irregular, sin dejar de mirar a la pantalla. La música hacía eco en el silencioso salón y la situación pendía de un hilo, ya no podían permitirse más errores.
Todos los demás estábamos callados, en completo silencio.
De repente, Luhan se puso de pie y cambió al método de juego normal, utilizando los pies para marcar puntos. La caótica situación pronto cambió y su nivel de errores empezó a estabilizarse.
Lo cierto es que la máquina no tenía manera de saber si estaba utilizando las rodillas o los pies para bailar.
Sehun se volvió a mirar a Luhan, boquiabierto, sin saber qué estaba pasando, pero para cuando quiso darse la vuelta para volver a mirar a la pantalla, su margen de error llegó a cero.
La plataforma de la Dance Revolution se retrajo hacia los lados, revelando un agujero en el suelo, al estar Sehun completamente desprevenido cayó sin remedio, sin tiempo para intentar evitarlo. Se escucharon dos golpes secos.
¡Bam! ¡Bam!
La Dance Revolution empezó a emitir música de celebración por la victoria de Luhan, mientras un paquete entero de agua mineral descendía del techo, junto a un poco de confeti dorado que cayó en el pelo de Luhan.
—¡¡Sehun!! —gritó Chanyeol hacia el interior del oscuro agujero.
Kai fue corriendo hacia Luhan, que se había desplomado en el suelo y estaba paralizado, lo cogió por el cuello de la camiseta y le dio un puñetazo. Dio unos pasos atrás, de la comisura de la boca de Luhan salía sangre.
—Cabrón hipócrita —dijo Kai entre dientes, y se volvió, apresurándose a bajar al sótano.
Cuando entré en el sótano, Chanyeol y Baekhyun habían encontrado la linterna e iban un paso por delante de mí, explorando. Había un hedor desagradable flotando en el aire.
Con la sola ayuda de la débil luz de la linterna, encontramos a Sehun, tirado debajo de donde estaba la Dance Revolution. Junto al lugar donde había caído había un trampolín descolocado. Al caer, debía haberse chocado con los pies contra el borde del trampolín, y así cayó con la cabeza por delante, golpeándose contra los afilados bordes del soporte del trampolín. Alrededor de su cabeza había un charco de sangre. No respiraba.
Luhan estaba junto a mí, y sugirió con voz histérica:
—D-deberíamos llevarlo arriba primero.
Miré a Luhan.
—Ya está muerto.
—Pero aquí la temperatura es horrible… —continuó Luhan—. Y él estaba resfriado…
Lay se acercó a Luhan y se agachó, y le dio un abrazo a un Luhan tembloroso.
—Luhan, vamos a salir de aquí —dijo Tao, en un intento de hacer que Luhan se levantara, pero éste lo empujó e intentó levantar el cadáver.
—¡Luhan! —exclamó Tao mientras intentaba retener a Luhan con todas sus fuerzas—. ¡Ya está muerto!
Como si no oyera nada de lo que le decían, Luhan seguía intentando levantar a Sehun, totalmente desorientado. Lay lo observó, y salió del sótano para volver casi en seguida. Se puso delante de Luhan, le abrió la boca con dos dedos y obligó a Luhan a beber el alcohol que contenía una botella que había traído de arriba. Después de media botella, le preguntó:
—¿Es suficiente? —y se lo quedó mirando, a Luhan se le escapaban gotas de alcohol de la boca.
Levantando la cabeza, Luhan abrió un poco los ojos y le preguntó a Lay:
—¿Qué pasa? ¿Es que el avión no ha despegado?
Lay inclinó la cabeza en silencio, lo abrazó, apoyó el peso de Luhan sobre sí mismo y lo sacó del sótano.
La mañana se hizo eterna, a mí ya se me había olvidado dónde estábamos, la razón por la que estábamos jugando a este juego y lo que nos esperaba al final.
El reloj de pared señalaba las 4 en punto. Chanyeol y Tao estaban tumbados, con sus piernas larguísimas estiradas en el sofá, y Baekhyun jugueteaba con las botellas vacías mientras que Lay estaba tumbado en la alfombra, intentando soportar el dolor que irradiaba de la lesión de su espalda. Kai tenía el mismo aspecto que yo ayer, como si se acabara de despertar de un sueño muy profundo, con la cara inexpresiva, mirando por la ventana.
Luhan, por el contrario, ya no estaba serio, sonreía como un idiota en sus sueños y yo me preguntaba en qué estaría soñando.
—¿Qué creéis que hay en esa caja fuerte? —preguntó Baekhyun mientras observaba la caja fuerte con el cubo de Rubik colgado.
—Quién sabe, tendrás que preguntarle a Luhan —dijo Tao.
—A lo mejor tiene la contraseña para abrir la puerta —dijo Chanyeol con su tono optimista habitual.
—O a lo mejor lleva una bomba conectada —dijo Kai. Luego inclinó la cabeza y siguió mirando por la ventana.
Me levanté y fui tambaleándome hasta el baño, negándome a admitir que tenía tanta sed que no podía soportarlo más, mientras que Lay seguía tirado en el suelo, deshidratado después de todo lo que había sudado durante el juego. Antes de que Luhan se despertara, parecía que era Kai el que había asumido el papel del líder, él y Chanyeol ya habían subido el agua al segundo piso y Tao también había subido a beber un poco. Antes que volver a emborracharme o tener que tomar la decisión de beberme mi propia orina, tal vez debería arrodillarme ante Kai y suplicarle que me diera un poco de agua y que después me matara directamente.
Dos horas después, Luhan por fin despertó. Se apoyó las manos en la parte trasera de la cabeza, sin duda para intentar contener un dolor punzante, y tenía los ojos inexpresivos, pero no preguntó por qué no estaba Sehun. No parecía que hubiera tenido la suerte de volverse loco o desarrollar amnesia, sólo que, como todos los que seguíamos vivos, estaba pasando por una serie de cambios y permanecía con vida.
—El agua está arriba —le dijo Kai.
Miré a Kai antes de acercarme a él, apenas manteniendo el equilibrio, y me arrodillé delante de él.
—Danos un poco de agua, aunque sólo sea un poquito. —Fijé mi mirada en el suelo. Justo como esperaba, no recibí respuesta alguna—. Por favor, Lay ya no puede más —dije con la cabeza agachada.
—Já —por encima de mi cabeza sonó una risa helada—. O sea, que si te doy un vaso de agua, ¿tú se lo darías a Lay? —su voz estaba llena de desprecio—. Otro cabrón hipócrita.
Miré al suelo, no conseguía levantar la cabeza. En ese período de tiempo, Tao se levantó y se dirigió a las escaleras. Kai extendió una pierna para bloquearle el paso, rechazando sus acciones en silencio.
—El agua no es sólo tuya —dijo Tao.
—Tienes razón, es el agua que ganó Luhan —dijo Kai fríamente—. Y la ganó haciendo trampa.
—¡Luhan! —Tao se dio la vuelta y lo llamó a gritos pero nadie respondió.
Lay, que seguía tirado en el suelo, se cubrió la cabeza y dijo en chino con la voz ronca:
—Olvídalo, Tao.
Me acerqué a Luhan y le supliqué:
—Por favor, danos agua.
Después de quedarse quieto unos instantes, dijo:
—De acuerdo. Hagamos un intercambio. Agua por comida.
—¿Qué comida? —preguntó Chanyeol.
—Hay sándwiches en la nevera —dijo Luhan tranquilamente.
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